Como paraje pirenaico, el estilo románico ha dejado en el Valle de Lierp pequeñas construcciones religiosas en distinto estado de conservación, aunque otras son posteriores.
La Ermita del Virgen del Pueyo es una de las más populares por la romería que se realiza el 2 de julio. Ubicada en un claro en mitad de un pinar, se accede por un camino que parte de la carretera entre Egea y Sala. Es un edificio del siglo XVIII con doble forma y una espadaña de un ojo. Se hace romería el 2 de julio.
La Ermita de San Pedro es otra de las más reconocidas, encontrada entre Serrate y Padarniú. Una sola nave con dos capillas laterales y una sacristía adosada. Su mayor atractivo es una torre de dos pisos con un óculo monólitico y arcos donde alojar las campanas. Es del siglo XVII. Se hace romería el 29 de junio.
Otras ermitas del municipio, algunas capillas de casas particulares, son: La Capella, Santa Bárbara de Chonalins, San Antonio de Ferre (festividad el 13 de junio) y Santa Quiteria del Roy (22 de mayo).
Especial mención merece la Ermita de San Adrián, ubicada en la Canal del mismo nombre que desciende por la cara norte del omnipresente Turbón. Según la información hallada en el Archivo de la Catedral de Lérida, a cuya diócesis pertenecía el Valle de Lierp, su origen se data en el año 1.140 cuando el Obispo Gaufredo realizó su visita al Valle de Lierp ascendió al entonces llamado Tubón. Un clérigo devoto, llamado Pedro, se entregó en el trabajo de edificar en aquella aspereza un templo. Ahora quedan solo los restos de los primeros sillares, describiendo de forma perfecta el ábside semicircular de este tipo de construcciones.